En San Antonio de Prado, Itagüí El Porvenir y la vereda La Milagrosa, de Marinilla, viven aquellos que, este diciembre, aguardan por un favor que les pueda cambiar su vida. Si bien son tres familias y tres casos diferentes, el propósito es el mismo: servir, ser luz para la penumbra que actualmente padecen ante sus quebrantos de salud y necesidades económicas, que casi siempre se acrecientan en el último mes del año.

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Quien está detrás de esta cadena de favores, como intercesor y canal de aquellos que decidan sumarse a la noble causa, es Santiago Jaramillo González , el creador y director de la Fundación Un Viejo Favor.

Ya son siete años en los que la mejor retribución que tiene

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