En Australia un paracaidista vivió un momento de pánico durante un salto en formación sobre Queensland, cuando el paracaídas de reserva que llevaba se le abrió de forma poco frecuente y quedó atrapado en la estructura del avión.
El hecho sucedió el 20 de septiembre, sobre el aeropuerto de Tully, en un vuelo previsto para un salto grupal de 16 personas.
A bordo viajaban el piloto y 17 paracaidistas, y cuando llegaron a 4570 metros de altura el primer paracaidista salió por la puerta lateral pero el mango del equipo “se enganchó en el alerón del ala, desplegando el paracaídas inadvertidamente”, provocando que el paracaídas de reserva se abriera accidentalmente.
Esto arrastró al paracaidista hacia atrás, y sus piernas golpearon el estabilizador horizontal izquierdo de la aeronave, dañándol

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