Un día después y a más de diez mil kilómetros del lugar de los hechos, Winston Churchill, ministro de Marina británico, se sentó frente a un micrófono de la BBC de Londres para difundir un mensaje: “Damas y caballeros, hemos recibido una noticia de Montevideo que nos llena de alegría: el acorazado de bolsillo Graf Spee , que durante semanas ha estado causando graves problemas en el Atlántico Sur , ha sido neutralizado y ha quedado restablecida la libertad de navegación de nuestra nación”, dijo el hombre que pronto sería primer ministro y exigiría a sus compatriotas “sangre, fatiga, lágrimas y sudor” para llevar a Gran Bretaña a la victoria. La Segunda Guerra Mundial llevaba poco más de tres meses cuando su produjo el primer gran enfrentamiento naval entre las potencias que participaban

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