Construir una empresa es un desafío. Mantenerla viva durante décadas, atravesar crisis, transiciones y cambios de era, es otra historia completamente diferente. Detrás de cada negocio que logra sostenerse más allá de la figura de su fundador suele haber algo más profundo que talento o visión comercial: hay familias enteras que decidieron unir su destino a un proyecto común.

Estas son historias donde las discusiones de sobremesa se mezclan con estrategias, donde los afectos conviven con las responsabilidades y donde cada generación interpreta el legado a su estilo.

Las empresas multigeneracionales tienen un encanto particular porque no se sostienen únicamente con números: se sostienen con identidad. A continuación, exploramos distintas historias que ilustran cómo algunos clanes familiares

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