Durante años se habló de la importancia de comer variado, pero la tendencia actual va mucho más allá: no se trata solo de cantidad, sino de color. La comida funciona como un lenguaje visual que anticipa lo que ocurre dentro del cuerpo. Cada tono vegetal, del rojo intenso al violeta profundo, está asociado a compuestos específicos capaces de proteger células, fortalecer defensas, mejorar la circulación o depurar toxinas. Y lo más interesante es que ese “código cromático” está respaldado por estudios en nutrición, bioquímica y prevención de enfermedades.

Elegir comida con colores diferentes no es un capricho estético: es una estrategia concreta para equilibrar vitaminas, minerales, antioxidantes y fitonutrientes esenciales. Según especialistas, sumar tonos variados en el mismo día aumen

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