La Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán acaba de tener un descubrimiento importante la paleontología mexicana. Especialistas i dentificaron huellas de múltiples tipos de dinosaurios; incluidos herbívoros, carnívoros y posiblemente voladores , que quedaron impresas hace unos 120 millones de años en lo que alguna vez fue una zona costera poco profunda del antiguo mar que cubría el sur de Puebla. Según un comunicado del INAH , el hallazgo confirma la presencia de diversos grupos de dinosaurios en las localidades de Santa Ana Teloxtoc, Santa Ana Xaloxtoc, Santa Catarina Tehuixtla y San Lucas Teteletitlán.

El descubrimiento comenzó con denuncias de habitantes locales tras las fuertes lluvias de 2025. La erosión dejó al descubierto superficies con impresiones fósiles que motivaron varias inspecciones dirigidas por Iván Alarcón Durán, responsable de Paleontología del Centro INAH Puebla. De acuerdo con el INAH, la intención fue documentar las huellas, iniciar su registro formal y establecer estrategias de conservación antes de que se perdieran por erosión o saqueo.

De playas mesozoicas a las laderas de ríos actuales

En los sitios inspeccionados se reconocieron entre cinco y veinte huellas por localidad, dispersas en barrancas y laderas de ríos a lo largo de más de 200 metros . Las icnitas, rastros fosilizados de organismos del pasado, aparecen en estratos de la Formación San Juan Raya, un depósito del Cretácico Inferior conocido por su riqueza en moluscos y maderas fosilizadas. Según la Jornada Maya , estos estratos coinciden con antiguas lagunas someras formadas cuando la región era parte de un ambiente marino somero.

En este punto, el registro fósil regional coincide con estudios previos. Informes sobre las huellas de San Martín Atexcal señalan que en esta misma formación geológica existen hasta seis niveles distintos con rastros de dinosaurios , incluidos terópodos (posiblemente Allosauroidea), iguanodontidos, saurópodos y otros ornítopodos. Este contexto ayuda a entender por qué la zona de Tehuacán-Atexcal continúa revelando materiales similares.

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Iguanodontes, saurópodos y terópodos

Los especialistas identificaron icnitas de dinosaurios herbívoros de la familia Iguanodontidae, impresiones de saurópodos de cuello largo y rastros de terópodos , incluidos algunos pequeños y otros posiblemente pertenecientes a Allosauridae, grandes depredadores bípedos. Según el INAH, incluso existen huellas que podrían ser de pterosaurios, aunque se requieren estudios adicionales para confirmarlo.

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La coexistencia de estas huellas en una misma zona no implica que todas las especies caminaran juntas. De acuerdo la información, l os rastros pudieron formarse en distintos momentos dentro del mismo periodo geológico , y reflejó cambios ambientales y la presencia intermitente de distintos grupos de dinosaurios.

Puebla como pieza clave del rompecabezas mesozoico de México

El artículo Lower Cretaceous Dinosaur Tracks from Puebla, Mexico describe un patrón similar cerca de San Martín Atexcal, varias capas superpuestas con huellas de terópodos, iguanodontes, saurópodos e incluso ornítopodos de otras variantes . Estos hallazgos respaldan que, durante el Cretácico Inferior, esta región fue parte de una extensa planicie de mareas donde distintos dinosaurios transitaban de manera esporádica.

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Para dimensionar su relevancia, basta recordar que según Paleontology and dinosaurs in México , los registros de dinosaurios del Cretácico Inferior en el país son escasos y extremadamente valiosos para reconstruir la historia evolutiva del territorio. Puebla, junto con Oaxaca y Coahuila, figura entre los pocos estados con evidencia sólida de huellas mesozoicas .

De acuerdo con el INAH, cualquier investigación paleontológica debe realizarse bajo autorización oficial, mientras que la participación de las comunidades locales es esencial para evitar saqueos o alteraciones. Los registros ya fueron formalmente documentados, dando paso a futuros proyectos que podrían ampliar el entendimiento de este antiguo ecosistema.