El riego ha sido, desde mediados del siglo pasado, un pilar sobre el que se consolidó el desarrollo productivo del Valle Inferior del río Negro. La infraestructura gravitacional construida por gobierno nacional en los ’50 y luego administrada por el Estado provincial a través del IDEVI permitió transformar una extensa planicie en un enclave con una fuerte identidad agropecuaria. Con más de 24 mil hectáreas bajo riego y la proyección de incorporar otras 4 mil, el sistema sostiene hoy una amplia diversidad de actividades: producción de forrajes, horticultura, granos y frutos secos, entre otras.

En un reciente estudio elaborado por la Experimental del INTA Valle Inferior, con participación de la Agencia San Javier y de la Experimental Alto Valle, analizó la evolución del canon de riego ent

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