Despertarse en plena madrugada por un calambre es una experiencia tan común como molesta. El músculo se endurece de golpe, duele, y volver a conciliar el sueño puede volverse difícil. Frente a eso, durante años se instaló una idea casi automática: comer una banana para evitar los calambres nocturnos.
Sin embargo, no siempre es la mejor opción. La banana tiene azúcares naturales que, consumidos de noche, pueden generar picos de energía innecesarios y terminar jugando en contra del descanso. Hay personas que, lejos de dormir mejor, sienten que se despiertan más o tienen un sueño más liviano. Por eso, cada vez más especialistas señalan que el problema de los calambres nocturnos no se resuelve solo con potasio y que hay otras estrategias más efectivas y amigables con el sueño.
Hidr

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