La pregunta se repite cada vez con más fuerza en calles, portales y conversaciones vecinales: ¿son realmente «hechos aislados» los episodios de inseguridad que se suceden en Torrelavega? Para muchos ciudadanos, la respuesta es clara. No lo son. Lo ocurrido en las últimas horas en la calle Leonardo Torres Quevedo, en el barrio de La Inmobiliaria , ha vuelto a encender las alarmas y a reforzar una sensación que se extiende por buena parte de la ciudad: Torrelavega ya no es la ciudad tranquila que fue durante décadas .

Un portal de esta céntrica calle apareció con los cristales reventados , el interior completamente cubierto de polvo blanco procedente de un extintor y daños visibles en zonas comunes. La intervención policial se produjo durante la noche, pero a primera hora de la mañana los vecinos se encontraron con un escenario que, según relatan, ya no les resulta excepcional . «Esto no es algo puntual, llevamos meses así», explica una residente del edificio, que asegura que en el inmueble viven personas mayores con miedo a salir de casa .

Una situación que «viene de largo»

Los testimonios vecinales coinciden en señalar que los problemas se repiten , con altercados protagonizados por las mismas personas , destrozos en buzones, puertas y barandillas, y un sentimiento de impotencia creciente . «Llamamos una y otra vez, viene la Policía, habla con él y se va. Al día siguiente todo sigue igual», resume otra vecina.

Este último episodio ha reavivado el debate sobre la seguridad ciudadana en Torrelavega , especialmente en barrios como La Inmobiliaria, pero también en otras zonas del municipio donde los residentes aseguran que la convivencia se está deteriorando . «Antes dejabas el coche en la calle sin pensarlo. Ahora miras dos veces dónde aparcas», comenta un vecino del entorno.

Ciudadanos cansados y un discurso que no convence

Mientras tanto, desde el ámbito institucional se insiste en que Torrelavega es una ciudad segura y que los incidentes registrados responden a «hechos aislados» . Sin embargo, para una parte cada vez mayor de la ciudadanía, este mensaje no se corresponde con la realidad diaria . «No vale con decir que la ciudad es segura si la gente no se siente segura», señalan varios vecinos consultados.

En redes sociales, el suceso de Leonardo Torres Quevedo ha generado decenas de comentarios , muchos de ellos expresando hartazgo , enfado y desconfianza . «Esto no pasaba antes», «da miedo volver a casa por la noche» o «algo se está haciendo mal» son frases que se repiten una y otra vez.

Más allá de un solo barrio

Aunque el último episodio se ha producido en La Inmobiliaria, los ciudadanos advierten de que no se trata de un problema localizado . «Hoy es aquí, mañana en otro barrio», señalan. La percepción general es que la inseguridad se ha extendido , afectando tanto a zonas céntricas como periféricas, y que los recursos actuales no son suficientes para prevenir los conflictos antes de que se produzcan.

Los vecinos reclaman más presencia policial diaria , patrullaje a pie , intervención temprana ante situaciones reincidentes y una estrategia clara de prevención , más allá de actuaciones puntuales tras los incidentes. «No se puede actuar solo cuando ya está todo roto», resumen.

«Torrelavega no es lo que era»

Una de las frases que más se escucha estos días es contundente: «Torrelavega no es lo que era» . Quienes han vivido toda su vida en la ciudad recuerdan un entorno donde los barrios eran espacios de convivencia , donde los conflictos existían, pero no con la frecuencia ni la intensidad actuales . Hoy, dicen, la sensación de inseguridad forma parte del día a día .

Especial preocupación muestran los residentes por la situación de personas mayores , que evitan salir a determinadas horas o utilizar portales y zonas comunes por miedo a encontrarse con altercados. «Pagamos impuestos para vivir tranquilos, no para tener miedo», afirma una vecina.

Una demanda clara: soluciones reales

Más allá del debate político, los ciudadanos piden respuestas concretas . Reclaman que se deje de minimizar lo que ocurre, que no se despache cada incidente como un caso puntual y que se escuche a quienes viven la realidad de la calle . «Si no se reconoce el problema, no se puede solucionar», insisten.

Mientras tanto, episodios como el de Leonardo Torres Quevedo siguen alimentando una pregunta que ya resuena en toda la ciudad: ¿cuántos «hechos aislados» hacen falta para admitir que existe un problema real de seguridad en Torrelavega?