La puerta de la heladera es uno de los peores lugares para almacenar alimentos delicados. Aunque muchos modelos incluyen espacios diseñados para huevos, lácteos o incluso botellas de leche, expertos en seguridad alimentaria advierten que esa zona es la más vulnerable a los cambios de temperatura. Cada vez que la puerta se abre, entra aire caliente y el frío se pierde, lo que acelera el deterioro de los productos más sensibles.

Conocer qué no debe ir en la puerta de la heladera no solo prolonga la vida útil de los alimentos, sino que también previene riesgos de intoxicación y desperdicio innecesario.

¿Por Qué Evitar la Puerta? • Variaciones constantes de temperatura: cada apertura genera fluctuaciones que afectan la estabilidad térmica. • Mayor riesgo bacteriano: los alimentos pereced

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