Por TATIANA DÍAZ RAMOS, del Centro de Periodismo Investigativo
CULEBRA, Puerto Rico (AP) — Cuando las temperaturas suben vertiginosamente en una escuela pública de la isla puertorriqueña de Culebra, los estudiantes se dispersan en busca de alivio.
Durante un programa de verano el mes pasado, cuando las temperaturas exteriores se elevaron a más de 27 grados Celsius (más de 80 grados Fahrenheit), Zedrik, un estudiante de tercer grado, se sentó junto a una palma que no ha crecido lo suficiente como para cubrirlo con su sombra. Kenneth, de noveno grado, se refugió en la biblioteca. Nayla, de octavo, fue a la oficina de la directora, donde el aire acondicionado ofrecía un alivio limitado.
La escuela tiene abanicos de techo, pero no operan a capacidad. Otros equipos de enfriamiento de la escu