La pareja de jóvenes oriundos de Cipolletti enfrentó desafíos que pusieron a prueba su capacidad de reinvención. Con esfuerzo, amor y dedicación, lograron sacar adelante un pequeño proyecto familiar de empanadas y pastas , que comenzó en la cocina de su casa.
Julieta Sastre y Emanuel Manso se conocieron hace unos siete años, aunque reconocen que ninguno de los dos es muy bueno con las fechas. Su encuentro fue como en las películas: se vieron, conectaron de inmediato y a partir de ahí no quisieron separarse.
Sin embargo, a las pocas semanas de aquel primer encuentro, Julieta tenía un viaje programado a Europa. Él tuvo que ser paciente y esperar su regreso para poder continuar con esa historia de amor que estaba empezando. “Fue algo muy natural, yo sabía que era ahí, como si la con