Por GIOVANNA DELL’ORTO, STEVE KARNOWSKI, MARK VANCLEAVE y HALLIE GOLDEN
RICHFIELD, Minnesotta, EE.UU. (AP) — Pocas horas después de que una persona abriera fuego a través de las ventanas de una iglesia católica en Minneapolis, matando a dos niños e hiriendo a 17 personas, cientos de personas se reunieron en el gimnasio de una escuela cercana, abrazándose y secándose las lágrimas durante una vigilia junto al gobernador Tim Walz y miembros del clero.
Hablando ante una multitud silenciosa apretujada hombro con hombro la noche del miércoles, mientras cientos más esperaban afuera, el arzobispo Bernard Hebda describió cómo los estudiantes trataron de proteger a sus compañeros de clase cuando estallaron los disparos.
“En medio de eso hubo valentía, hubo coraje, pero sobre todo hubo amor”, dijo