El mundo cambia con tal velocidad que hay que renovar cada día el esfuerzo para impedir que la transformación termine marginando a quienes no consiguen entenderlo. Es un desafío imaginarse cómo se ubicaría en la dinámica que plantea la sociedad actual, una persona que nació a comienzos del siglo XX, una fecha que en términos históricos queda a la vuelta de la esquina, pero a partir de la cual el ritmo de cambio se ha acelerado.
Autos que funcionan sin conductor, astronautas que permanecen más de dos años en una estación espacial procurando arrancarle secretos al cosmos para cuando sea posible habitar otros planetas y el mundo entero conectado a través de redes que ignoran las distancias son algunas de las realidades que sorprenderían a alguien de otra época.
Pero así como esos cambios ge