Si hablas más de un idioma, probablemente lo hayas notado: tu voz no suena igual en todos ellos.
Personalmente, noto que mi tono es más agudo en inglés, más sutil y mesurado en francés, y más animado y rápido en español, como si cada idioma revelara una faceta diferente de mi personalidad.
Según la lingüística, esta percepción no es meramente subjetiva: nuestros cuerpos, cerebros e incluso identidades se adaptan al rol que cada idioma exige.
“Es como el trabajo de un actor: incorporamos características de la comunidad lingüística de ese idioma y construimos ‘otro yo’ en esa lengua. Somos nosotros mismos, pero diferentes”, explica Ana Paula Petriu Ferreira Engelbert, profesora de la Universidad Tecnológica Federal de Paraná, en Brasil, quien investigó durante su doctorado precisamente po