Algunos debates, a pesar de estar cargados de buena voluntad, a menudo acaban generando una especie de presión moral que hace sentir culpable al que no se alinea del todo con las causas de la mayoría
Hace poco, en un grupo de amigos, uno de nosotros planteó un dilema. Hace un tiempo decidió dejar de comprar en Mercadona por diversas cuestiones éticas, pero al empezar a ir a los locales de su barrio, se encontró con otros problemas no menos importantes, como que el carnicero más cercano a su casa trata con desprecio, delante de todos los clientes, al inmigrante que tiene contratado. El dilema era si de verdad conseguía algo comprando en establecimientos más pequeños, considerando que las condiciones laborales tampoco son la panacea allí. La discusión trajo todo tipo de enfoques, desde lo