La política antiinmigración del gobierno del presidente Donald Trump, que ya demostró tolerancia cero, apunta ahora a ubicar y deportar a miles de chicos latinos que ingresaron en forma ilegal en Estados Unidos.
Aunque los organismos oficiales evitan dar una cifra concreta, Tom Homan, el funcionario designado por Trump para controlar las fronteras, señaló que serían unos 300 mil.
Según Homan, a quien se conoce como “el zar fronterizo”, esa cantidad corresponde a menores que ingresaron sin padres –con algún otro familiar o amigos– durante la presidencia de Joe Biden y luego “desaparecieron” del sistema legal.
El argumento del gobierno es que están en riesgo de ser explotados o de ser captados por organizaciones de trata. Lo cierto es que se lanzó una operación de búsqueda con todos los r