Casos como el del incendio en la Mezquita de Córdoba o el que hizo colapsar la aguja de la catedral de Notre Dame de París en 2019, muestran al fuego como uno de los grandes enemigos del arte. Nada más lejos de la realidad, desde que los primeros pueblos primitivos realizaron sus pinturas rupestres a la luz de las hogueras o, mucho antes, cuando Prometeo robó el fuego del Olimpo para entregárselo a los humanos, el arte y el fuego han sido estrechos colaboradores .
Cuenta Hesíodo en la Teogonía que el titán Prometeo fue castigado por Zeus: se le encadenó a una roca y, cada mañana, un águila devoraba su hígado , que volvía a regenerarse por la noche, y así fue hasta que Heracles (Hércules) mató al ave. Pero, ¿por qué el rey de los dioses se enfadó tanto con el titán?
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