Hoy, la desaparición de personas sin duda tiene causas diferentes; sin embargo, su práctica continúa dando origen a uno de los sufrimientos más profundos que cualquier ser humano puede experimentar: la angustia y zozobra de no conocer el destino de un ser amado y de no poder concluir un duelo ante su pérdida.
Este 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas; nos aproximamos a esta fecha con una crisis de más de 130 mil personas desaparecidas que se profundiza.
De cara a la designación de la nueva persona titular de la Comisión Nacional de Búsqueda y de las múltiples acciones de memoria, de protestas y de denuncia que realizarán colectivos y familiares de personas desaparecidas en el País, es necesario volver a poner sobre la mesa la urgencia