La Fuerza Aérea del Perú encara la recta final de uno de los procesos de selección militar más relevantes en décadas. El gobierno peruano está a punto de escoger el avión de combate que dotará a su defensa de capacidades modernas y disuasivas.
Aunque los focos apuntan a una definición entre el Gripen (Suecia) y el Rafale (Francia) más aún tras el reciente viaje de una comitiva peruana a Europa, el F-16, el mismo modelo que emplea la Fuerza Aérea de Chile, sigue en competencia y no ha sido excluido de la lista de alternativas para reemplazar la flota actual.
La decisión sobre el reemplazo de los cazas peruanos involucra una inversión estimada en 3.500 millones de dólares por 24 aeronaves de guerra. La presión sobre el Estado ha crecido ante las advertencias de que la operatividad de la Fu