La conservación de cultivos en zonas estratégicas del monte puede ser una herramienta eficaz frente a los incendios forestales. Así lo demostró el fuego en Bienvenida, donde un pequeño olivar de tres hectáreas permaneció intacto en medio de la Sierra de la Capitana, mientras a su alrededor ardían en apenas 12 horas más de 5.000 hectáreas.

La imagen deL olivar rodeado por un mar de cenizas se ha convertido ya en un símbolo de la gestión forestal en Extremadura. Un ejemplo claro de cómo los cultivos pueden actuar como cortafuegos naturales, frenando la propagación de las llamas.

Sustitución de los cultivos tradicionales

Hace medio siglo, los olivares eran el cultivo más habitual en esta sierra, pero fueron sustituidos por masas de pinar. Hoy, proyectos como el Mosaico buscan recuperar la

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