A diferencia de lo que fue su año legislativo como presidente, la última conducción de Gerardo Fernández Noroña al frente de la Mesa Directiva del Senado fue discreta.
El morenista agradeció “de corazón” la oportunidad de “servir al pueblo y a la patria” desde una posición destacada. Sus agradecimientos incluyeron al PRI, a cuyos legisladores demandó por los golpes que le lanzaron dos días antes.
“Más allá de diferendos, quiero agradecer la oportunidad”, dijo Noroña y lanzó su tradicional arenga por una “¡Larga vida al Senado de la República”. Los aplausos que recibió fueron modestos y breves. Ninguna persona legisladora tomó la palabra para felicitarlo o agradecerle ante el micrófono por su año en la presidencia.
Cuando pasó depositar su voto en la urna, se detuvo para felicitar y