Mientras se camina por las estrechas callejuelas de este maravilloso lugar se puede escuchar el constante sonido de las olas del mar estallando contra el dique sobre el que se encuentra construido el barrio de El Roque, ubicado en el municipio norteño de Moya. Un enjambre de casas agrupadas que se encuentran separadas por diminutos callejones por los que resulta sorprendentemente fácil perderse, formando un laberinto lleno de salitre y tranquilidad donde se guardan los secretos de vecinos que se han criado y permanecen a día de hoy en su lugar en el mundo.
Desde la costa de San Felipe se puede apreciar claramente la similitud que tiene El Roque con un buque gigante, que comienza desde tierra firme y desemboca en el mar tras 320 metros de longitud en el mar. El complejo de casas, pintadas