La se agrava en el verano. En un constante tira y afloja con Úrsula Von der Leyen, parece que empieza a clarificar los gravámenes para los productos europeos. O no. Porque cada día es una nueva amenaza. Lo que ya es del todo seguro es que la situación no tiene visos de resolverse. Ni mucho menos. Y la economía española se enfrenta a los efectos de unos gravámenes que pueden perjudicar, aún más, la situación de algunos sectores productivos fundamentales. Caso del campo español, en jaque si persiste o empeora el boicot americano a sus productos.

Para el arranque del curso, el Consejo de Ministros ya plantea la posibilidad de aprobar un nuevo decreto «anti-aranceles». Con una derivada: si el anterior logró salvar el trámite parlamentario por la mínima, el escenario no parece que vaya a c

See Full Page