Históricamente, las entidades empresarias han dejado la enorme tarea de elaborar reformas en manos de la política , limitándose a plantear problemas e inquietudes. El potencial rol del sector privado es mucho más amplio, por varios motivos. En primer lugar, porque las entidades empresarias pueden lograr mejores reformas mediante propuestas basadas en la detección de 'puntos de dolor' en las empresas , algo que no es posible hacer, con la misma eficacia, desde la política.
En segundo lugar, porque los empresarios suelen estar motivados por visiones a mediano y largo plazo dado que, a diferencia de políticos con mandatos transitorios y sujetos a su suerte electoral, tienen por delante horizontes más extensos.
En tercer lugar, porque las entidades pueden lograr mejores co