En Washington D. C. las paredes tienen ojos y las calles guardan silencio. Allí, en la capital de Estados Unidos, se respira tensión desde hace semanas a raíz de las labores de vigilancia de miles de efectivos bajo las órdenes de Donald Trump. El objetivo es atajar los altos índices de criminalidad que denuncia el presidente, en una medida que pretende extender también a otros lugares como Chicago, Baltimore o Nueva York. Y todos tienen algo en común: están gobernados por demócratas.
El Distrito de Columbia se encuentra prácticamente blindado después de que el republicano ordenara tomar el control de la Policía Metropolitana, desplegara cientos de agentes federales y activara unos 800 miembros de la Guardia Nacional, estos últimos con autorización para patrullar armados.
Además, la Admin