La reciente escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela ha llevado al envío de al menos siete buques de guerra al Caribe meridional. Este despliegue militar se inició tras el anuncio de la secretaria de Justicia de EE.UU., Pam Bondi, el 7 de agosto, quien ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Bondi lo calificó como "uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo y una amenaza a la seguridad nacional" de EE.UU.

Las acusaciones de narcotráfico contra Maduro no son nuevas, pero han cobrado fuerza en las últimas semanas. A pesar de las declaraciones de la Casa Blanca, Caracas ha negado rotundamente estas acusaciones. La diputada chavista Blanca Eekhout argumentó que "para que haya un cartel de droga, o tú la produces, o tú la procesas o tú la traficas. Y si en Venezuela no hay ni cultivo, ni producción, ni tráfico de drogas, ¿cómo puede haber un cartel? Es insostenible".

Según la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC), Venezuela no es un país productor de cocaína. La mayor parte de los cultivos de coca se concentra en Colombia, Perú y Bolivia. En el último informe de la UNODC, se destacó que de las 3.700 toneladas de cocaína producidas mundialmente, más de 2.500 provienen de Colombia. La DEA también ha indicado que el 84% de la cocaína incautada en EE.UU. proviene de Colombia, sin mencionar a Venezuela en sus reportes sobre tráfico de cocaína.

A pesar de que el Departamento de Estado de EE.UU. no disputa la información sobre el tráfico de drogas en Colombia, se ha sugerido que los recursos desplegados en el Caribe podrían ser más eficaces en otras áreas. Un diplomático estadounidense, que pidió permanecer en el anonimato, comentó que "es raro que no veamos más barcos hacia el Pacífico".

Las acusaciones de Bill Barr, exsecretario de Justicia de EE.UU., sobre el Gobierno venezolano como facilitador del transporte de hasta 250 toneladas de cocaína anuales, han sido cuestionadas. Esta cantidad representa menos del 10% de la producción global de narcóticos. A pesar de que el chavismo admite la existencia de narcotráfico en el país, niega que lo promueva. Eekhout mencionó que las fuerzas de seguridad de Maduro han decomisado 490 aeronaves y 94 embarcaciones utilizadas para el transporte de cocaína en el último año.

La situación se complica aún más con el papel de figuras cercanas al Gobierno venezolano en el narcotráfico. En 2016, dos sobrinos de la primera dama de Venezuela fueron condenados por conspiración para traficar cocaína a EE.UU. Además, Hugo 'el Pollo' Carvajal, un ex alto funcionario venezolano, se declaró culpable de conspirar para importar cocaína a EE.UU. y de actividades de narcoterrorismo.

La narrativa de la Casa Blanca sobre el narcotráfico en Venezuela se enfrenta a un panorama complejo, donde los datos de la UNODC y la DEA parecen contradecir las acusaciones. Sin embargo, el tráfico de drogas sigue siendo un tema delicado y de gran relevancia en las relaciones entre ambos países.