Nueva York.- El verano puede ser una época de grandes transiciones para los niños. A menudo es la época de mudarse a una nueva casa o de prepararse para una nueva escuela. Y eso genera preocupación y estrés.
Los padres y las familias pueden ayudar a que la situación sea más llevadera. Si los niños se sienten apoyados, incluso podrían esperar con ilusión algunos de los cambios y ganar confianza, afirman los expertos.
“Cuando las rutinas, los lugares familiares e incluso saber dónde están las cosas en la casa desaparecen de repente, se obliga a los jóvenes a reaprender su vida cotidiana desde cero”, lo que puede ser estresante, dice Victoria Kress, consejera profesional y presidenta de la Asociación Americana de Consejeros.
Al mismo tiempo, “esto puede generar interesantes oportunidades d