Según el diccionario de la lengua española, una de las acepciones del término “borrador” es la de “texto provisional susceptible de modificación y desarrollo”. Pero en la Colombia de hoy, la expresión es suficiente para disparar las alarmas del sector privado, al menos cada vez que el actual Gobierno pone en letras de molde su intención de cambiar las reglas de juego.
Así ha sucedido en las últimas semanas por cuenta de varias disposiciones en etapa preliminar, aparecidas en los portales de distintos ministerios, cuyas consecuencias -en caso de convertirse en determinaciones oficiales- podrían golpear a múltiples actividades. La lista de sectores en alerta es grande e incluye al transporte, agricultura, salud, minería y energía, entre otros.
Ante lo sucedido, ya sean los gremios que repr