Trump sabe que su imperio está acabando. Está desesperado. No tiene dinero ni poder político y militar para evitarlo. Otras potencias ya están ocupando el espacio que deja y están creciendo el doble que el país vecino. Por eso quiere, ¡ordena!, que los pueblos europeos y latinoamericanos paguen el monto de sus deudas y su declive; que le entreguen sus riquezas y asuman el papel de lacayos, peor que medievales. Al parecer, algunos pueblos europeos, como el francés por ejemplo, están despertando e intentarán bloquear las órdenes dictatoriales de Trump y Macron en septiembre.
El pueblo mexicano está haciendo un formidable esfuerzo, guiado por el fuerte despertar de su conciencia política, impulsando a la presidenta Claudia para sostener con mano firme, prudente y muy inteligente, la defensa