Con restos de tierra hasta el cuello, mirada abatida y más barro que marketing romántico, Ana Garibaldi se deja descubrir en afiches porteños. “Voy a soñar conmigo”, expone la actriz y docente, no sin antes precisar que la autorreferencia -luego del estreno de En el barro , líder global en series de habla no inglesa de Netflix - tiene como receptora natural a Gladys Guerra, viuda de Borges y nave insignia del comentado spin-off de El Marginal .

“Estoy pasada. Ahora mi marido fue a buscar a mi hija al colegio, algo que suelo hacer más yo. Y la señora que nos ayudaba con Amanda desde chiquita, ya jubilada, tuvo que venir a rescatarnos”, aclara Ana Garibaldi. Y en un tren que podría llevársela por delante (atiende a Clarín en su última nota de cinco), la actriz que de un bolo ocas

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