El problema habitacional convive con la existencia de miles de pisos, chalets, promociones y esqueletos de edificios que quedaron varados tras el estallido de la burbuja del ladrillo. Cerca de 54.000 de esta tipología de activos aún están en manos de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), que cada año absorbe alrededor de 11.000 bienes raíces heredados de las cajas de ahorros rescatadas durante la crisis. Década y media después, el nuevo repunte del mercado de la vivienda revitaliza el interés por los pisos fantasma del boom inmobiliario.

“En los últimos años, hemos notado un aumento de la venta de esqueletos de edificios y obras sin terminar”, aseguran desde la entidad gestora de activos. En algunas ocasiones, la Sareb se encarga de termina

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