Hace unos meses, un perro robot me trajo un café. Durante mi último viaje a China, visité un lugar que parece salido de un relato de ciencia ficción: el nuevo campus de I+D de Huawei, en las afueras de Shanghai. Más que un centro tecnológico es un ensayo general del futuro. Y no exagero si digo que es el laboratorio más adelantado que he pisado nunca. La escala impresiona: más de dos millones de metros cuadrados, 104 edificios, lagos artificiales, puentes, bicicletas inteligentes, más de un centenar de cafeterías donde parece que estés en una película de Wes Anderson y un tren que transporta ingenieros entre laboratorios de IA física, 5G adelantado, sistemas de autoconducción o computación distribuida. Puede alojar hasta 40.000 personas en edificios de estética improbable: templos bizantin
Un perro robot me trajo un café, por Francesc Fajula de Quintana

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