HARLINGEN, Texas, EE.UU. (AP) — Con niños migrantes esperando en aviones sobre la pista de despegue para ser enviados a su natal Guatemala, una jueza federal bloqueó temporalmente los vuelos el domingo, apoyando a los abogados de los menores que argumentaron que el gobierno de Estados Unidos estaba violando las leyes y enviando a sus clientes a un posible peligro.

El drama extraordinario se desarrolló durante las horas previas al amanecer en un fin de semana festivo en Estados Unidos y se trasladó de las pistas de Texas a una sala de audiencias en Washington. Es el enfrentamiento más reciente por la represión del gobierno del presidente Donald Trump en materia de inmigración, y el último choque entre las medidas de control del gobierno y las salvaguardas legales que el Congreso creó para los migrantes vulnerables.

Los niños guatemaltecos que llegaron a la frontera sin sus padres o tutores permanecerán al menos dos semanas en Estados Unidos al tiempo que se desarrolla la batalla legal, según el fallo.

“No quiero que haya ninguna ambigüedad”, declaró la jueza Sparkle L. Sooknanan.

Minutos después que concluyera una audiencia programada apresuradamente, cinco autobuses chárter se acercaron a un avión en el aeropuerto de la zona fronteriza en Harlingen, Texas, un centro para vuelos de deportación. Horas antes, las autoridades habían llevado a docenas de pasajeros —quizás 50— hacia el avión en una parte del aeropuerto restringida a aeronaves gubernamentales. Los pasajeros vestían ropa de colores que se usa en refugios administrados por el gobierno para niños migrantes.

Se esperaba que los 76 menores que estaban a bordo de los aviones sean devueltos a refugios supervisados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) antes del final del domingo, señaló el Departamento de Justicia en una presentación judicial.

“La idea de que en un fin de semana largo y en plena noche despierten a estos menores vulnerables y los pongan en un avión sin importar las protecciones constitucionales que tenían es algo que debería conmocionar la conciencia de todos los estadounidenses”, resaltó Kica Matos, presidenta del Centro Nacional de Leyes Migratorias (NILC por sus siglas en inglés), que representa a los menores, después de la audiencia del domingo.

El Departamento de Seguridad Nacional no respondió a una solicitud de comentarios sobre el fallo.

Los acontecimientos caóticos y rápidos se asemejan a un enfrentamiento de fin de semana de marzo sobre la deportación de cientos de venezolanos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador. Los defensores imploraron a un juez federal que detuviera las deportaciones que creían inminentes, al tiempo que el gobierno de Trump guardaba silencio sobre sus planes.

En ese caso, el juez apareció en ropa de civil para una audiencia el sábado por la noche e intentó bloquear los vuelos, pero siguieron adelante, cuando el gobierno argumentó que la orden llegó demasiado tarde.

El gobierno insistió en que estaba reuniendo a los niños guatemaltecos —a petición de la nación centroamericana— con padres o tutores que solicitaron su regreso. Los abogados de al menos algunos de los menores dicen que eso es falso y argumentan que, en cualquier caso, las autoridades aún tendrán que seguir un proceso legal que no cumplieron.

Una menor indicó que sus padres, en Guatemala, recibieron una llamada extraña hace unas semanas diciendo que Estados Unidos la estaba deportando, según uno de los abogados, Efrén C. Olivares.

La adolescente de 16 años, que ha estado viviendo en un refugio en Nueva York, dijo en una presentación judicial que es una estudiante de honor a punto de comenzar el 11mo grado escolar, le encanta vivir en Estados Unidos y tiene "mucho miedo de ser deportada".

Otros niños —identificados sólo por sus iniciales— dijeron en documentos judiciales que habían sido descuidados, abandonados, amenazados físicamente o abusados en su país de origen.

“No tengo familia en Guatemala que pueda cuidarme bien”, dijo un niño de 10 años en una presentación judicial. Un adolescente de 16 años recordó haber experimentado “amenazas contra mi vida” en Guatemala.

“Si me envían de regreso, creo que estaré en peligro”, agregó el adolescente.

La audiencia del domingo se llevó a cabo en un caso presentado en una corte federal en Washington, pero solicitudes de emergencia similares se presentaron también en otras partes del país.

En una demanda legal en Arizona, el Florence Immigrant & Refugee Rights Project indicó que uno de sus clientes es un solicitante de asilo de 12 años que tiene una enfermedad renal crónica, requiere diálisis para sobrevivir y necesitará un trasplante de riñón. Otros dos demandantes, un niño de 10 años y su hermana de 3 años no tienen familia en Guatemala y no quieren regresar, según el grupo.

Al momento en que los acontecimientos se desarrollaban en Estados Unidos, familias se reunieron en una base aérea en Ciudad de Guatemala, en anticipación de los vuelos. Gilberto López relató que condujo durante la noche desde su remoto pueblo después que su sobrino de 17 años llamara a medianoche diciendo que estaba siendo deportado desde Texas.

El adolescente dejó Guatemala hace dos años, a los 15, para trabajar en Estados Unidos y fue detenido hace aproximadamente un mes, detalló López.

Los niños migrantes que llegan a Estados Unidos sin sus padres o tutores son entregados rutinariamente a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud y Servicios Humanos. A menudo viven en refugios supervisados por el gobierno o con familias de acogida hasta que pueden ser liberados a un patrocinador, generalmente un miembro de la familia, que vive en el país.

Muchos de los que llegan provenientes de Guatemala solicitan asilo o buscan otras vías legales para obtener permiso para quedarse en Estados Unidos.

Un abogado del National Center for Youth Law sostuvo que la organización comenzó a escuchar hace unas semanas de proveedores de servicios legales que agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional estaban entrevistando a menores, particularmente de Guatemala, en instalaciones de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.

Los agentes preguntaron a los menores sobre sus familiares en Guatemala, indicó la abogada, Becky Wolozin.

Luego, el viernes, los defensores comenzaron a recibir noticias de que las audiencias de inmigración de sus jóvenes clientes estaban siendo canceladas, añadió Wolozin.

Shaina Aber, del Acacia Center for Justice, un grupo de defensa legal de inmigrantes, comentó que fue notificada el sábado por la noche de que se había elaborado una lista oficial con los nombres de los menores guatemaltecos que el gobierno federal intentaba enviar de regreso a su país de origen. Los defensores se enteraron de que los vuelos saldrían de las ciudades texanas de Harlingen y El Paso, comentó Aber.

El gobierno tenía dos aviones en tierra en Harlingen y uno en El Paso, Texas, dijo Olivares, basándose en relatos de testigos. El abogado del gobierno Drew Ensign dijo al juez que un avión podría haber despegado pero luego regresó.

El subjefe de despacho de la Casa Blanca, Stephen Miller, escribió en X que el gobierno guatemalteco solicitó formalmente el regreso de los niños y que la jueza estaba “negándose a permitir que se reúnan con sus padres”.

La jueza destacó que luego que se le despertó a las 2:30 de la madrugada para atender la petición de emergencia de los abogados de los menores, cuya solicitud enfatizó que los vuelos podrían salir en las siguientes dos a cuatro horas, pasó horas tratando de comunicarse con los abogados federales y obtener respuestas.

“Tengo al gobierno intentando remover a menores no acompañados del país en las primeras horas de la mañana de un fin de semana festivo, lo cual es sorprendente”, sostuvo Sooknanan en la audiencia, y agregó: “Sin la acción de los tribunales, todos esos menores habrían sido devueltos a Guatemala, potencialmente a situaciones muy peligrosas”.

El gobierno de Trump planea deportar a cerca de 700 menores guatemaltecos que llegaron a Estados Unidos sin compañía, según una carta enviada el viernes por el senador Ron Wyden, de Oregon.

El domingo por la noche, el gobierno de Guatemala dijo en un comunicado que originalmente había propuesto el traslado de los menores a la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, durante su visita al país en julio. La preocupación de Guatemala era que cientos de menores pronto cumplirán la mayoría de edad en las instalaciones juveniles donde estaban detenidos y serán enviados a centros de detención para adultos. Subrayó que estaba listo para recibir a los menores cuando se complete el debido proceso en Estados Unidos siguiendo los protocolos establecidos.

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Santana reportó desde Washington y Peltz desde Nueva York. Los periodistas de The Associated Press Sonia Pérez D. en Ciudad de Guatemala y Corey Williams en Detroit contribuyeron a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.