Hace décadas que la ciencia estudia los hongos, entre otras razones, por sus posibles aplicaciones médicas. Existe una sustancia en concreto, la psilocibina, presente en las denominadas setas alucinógenas. Tiene carácter psicoactivo y se encuentra en numerosas especies.

Es cierto que su uso se tiende a vincular al consumo de drogas, pero sus posibilidades pueden ir mucho más allá. Hasta el momento se han realizado estudios sobre cómo la sustancia podría ayudar a pacientes con depresión resistente al tratamiento. Otros problemas de salud mental, como el trastorno obsesivo compulsivo, el estrés post-traumático o las adicciones podrían encontrar en este tipo de setas una posible esperanza.

Incluso los científicos estudian hasta qué punto esta sustancia de efectos alucinógenos puede combatir

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