España, con la extraña política seguida durante estos años, sufre una acelerada pérdida de credibilidad en la esfera internacional que ha afectado a sus relaciones diplomáticas, y por consiguiente a su influencia global. La pérdida de crédito significa merma de reputación, se traduce en una posición de debilidad a la hora de negociar con otros países, establecer acuerdos, relaciones, alianzas… El daño reputacional de un país –en los círculos occidentales, pero no solo– tiene graves consecuencias. Aunque, si otros dirigentes políticos de países occidentales verbalizaran su desconfianza hacia España estarían traspasando límites que no son tolerables en las relaciones internacionales y la diplomacia moderna. Por eso no lo hacen. Y cuando algunos reclaman a Ursula von der Leyen gestos y accion

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