Por Víctor CORCOBA HERRERO Ya inmersos en el ambiente reconcentrado de la Semana Santa, será saludable que la humanidad en su conjunto, haga un alto en el camino para ahondar en su propio diario existencial. Abrirse de corazón y reabrirlo para uno verse, en relación con los demás y consigo mismo, puede ser la mejor terapia para la esperanza. Son esos pasos interiores, los que realmente nos dan fuerza para renovarnos y no morir en el desconsuelo, porque realmente el mundo está en las tinieblas. Hemos de volver, pues, a la poesía y no al poder por el poder; evocando a los crucificados de hoy que continúan estando ahí, siendo la viva imagen de Jesús. Por desgracia, la ciudadanía no presta atención a la creciente violencia, generando la mayor crisis humanitaria, debido a este inhumano estado s

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