La salud en Colombia enfrenta una crisis alarmante. Un informe reciente de la Contraloría General revela que las EPS acumulan pasivos que superan los 32,9 billones de pesos. Además, el 89 % de los colombianos depende de EPS que carecen de solidez financiera. Desde la implementación de la Ley 100 en 1993, se han autorizado 157 EPS, pero actualmente solo 29 están en operación, de las cuales solo 6 cumplen con los requisitos necesarios.

Las liquidaciones de EPS han sobrecargado a las que aún funcionan, obligándolas a asumir más afiliados sin la capacidad operativa o financiera adecuada. Esto ha profundizado la crisis del sistema. Las quejas y reclamos (PQR) han aumentado un 23,2 %, pasando de 1,3 millones en 2023 a más de 1,6 millones en 2024. El 91 % de estas quejas se relaciona con barreras de acceso a servicios y tecnologías en salud, siendo la Nueva EPS responsable del 22 % del total.

En 2024, se presentaron 175.025 tutelas por servicios incluidos en el Plan de Beneficios, lo que representa un aumento del 35 % en comparación con el año anterior. Ante esta situación, muchas familias han tenido que recurrir a recursos propios para cubrir sus necesidades de salud, lo que se conoce como gasto de bolsillo. Aunque Colombia ha sido reconocida por tener uno de los gastos de bolsillo más bajos del mundo, esta tendencia está cambiando.

Un informe de Anif destaca la profundización de problemas estructurales en el sistema de salud, que se traducen en un aumento de la demanda de servicios, un mayor déficit presupuestal y la insuficiencia de la unidad de pago por capitación (UPC). A pesar de las falencias, Anif reconoce los avances logrados en más de tres décadas, como el aseguramiento casi universal, el aumento de la expectativa de vida y la reducción de la mortalidad infantil. Para 2024, el aseguramiento alcanzó el 98,6 %, en comparación con el 25 % en 1993. La expectativa de vida ha aumentado de 69 a 77 años, y la mortalidad infantil se ha reducido de 19,7 por cada 1.000 nacidos vivos en 1998 a 10,2 en 2024.

Sin embargo, Anif advierte sobre un escenario complejo: las quejas y reclamos en el régimen contributivo aumentaron un 78,9 % anual, mientras que en el régimen subsidiado fue del 69,8 % en diciembre de 2024. Esto refleja la crisis operativa y financiera del sistema. Además, se anticipa un incremento en el gasto de bolsillo, que alcanzó 14,5 billones de pesos en 2024, con un crecimiento nominal del 7,5 % respecto a 2023. Esto indica que los colombianos están asumiendo mayores costos directos en salud, lo que podría agravar aún más la situación.