El ajetreo de la avenida 20 es un espectáculo de la cotidianidad larense: vendedores que pregonan sus productos, el sonido de los carros y un mar de gente que se mueve de un lado a otro. En medio de todo ese movimiento, hay una figura que destaca no por su prisa, sino por su determinación y su sonrisa inagotable . Se trata de Joel Parcos , un hombre que, con más de 30 años endulzando la vida de los barquisimetanos, se ha convertido en un verdadero símbolo de superación.

A sus 50 años, Joel ha pasado más de la mitad de su vida en el corazón de la capital crepuscular. Pero su historia no es común; es una lección de vida escrita con convicción y trabajo duro. A los seis meses de nacido, una parálisis lo dejó sin la posibilidad de caminar, pero eso nunca fue un freno para él. Cada día, em

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