Desde el 27 de agosto, Nariño cambió su modelo de abastecimiento de combustibles, pasando de la planta de Yumbo (Valle del Cauca) a Tumaco, lo que ha generado controversia. La decisión, tomada sin inversión en infraestructura vial ni en seguridad, ha aumentado la preocupación entre distribuidores y habitantes de la región.

Alonso Villasis, distribuidor mayorista de Ipiales, advierte que la medida afecta la economía local. La distancia de 220 kilómetros entre Ipiales y Tumaco, sumada a los problemas de orden público, incrementa los costos logísticos. Según Villasis, Tumaco se presenta como una «solución impuesta» sin condiciones que aseguren su efectividad a largo plazo.

Héctor Taticuan López, presidente de Adiconar, también ha expresado su preocupación por la falta de planificación del g

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