Científicos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda , demuestran que la calidad del sueño y otras rutinas como el ejercicio físico o una alimentación basada en frutas y verduras, influyen positivamente en la salud mental de adultos jóvenes .

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El estudio, publicado en la revista Plos One, revela que estos hábitos son independientes y acumulativos, por lo que su adopción escalonada podría aumentar el bienestar psicológico.

“Esta generación de jóvenes se enfrentan a tensiones únicas como el estrés financiero , presiones educativas y otros factores sociales que pueden reducir la felicidad”, advierte el líder de la investigación y profesor en la Universidad neozelandesa, Tamlin

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