Ya sea por la música estridente, por el público alborotado o por el aroma a marihuana, mantener la concentración en el Abierto de Estados Unidos, el torneo de Grand Slam más ruidoso del mundo, supone un gran reto para los tenistas.

“Hay mucho ruido este año”, describió el francés Adrian Mannarino, de 37 años, un veterano del circuito.

Mannarino, en su decimoquinta participación en el torneo de Nueva York, se preguntó si las distracciones serían excesivas.

“Me parece que hay un poco de circo en la cancha: la gente se mueve entre juegos, a veces entre puntos. Dejamos que todo suceda demasiado. ¡Sigue siendo tenis, no fútbol!”, afirmó.

Mannarino emitió el reclamo tras un partido de segunda ronda en la cancha 11 del complejo de Flushing Meadows, donde el ruido del Estadio Arthur Ashe

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