Muchos de los comportamientos que manifestamos siendo adultos no surgen de la nada: tienen sus raíces en lo vivido, en los miedos que cargamos y en las experiencias que nos moldearon. “Para saber quiénes somos debemos entender de dónde venimos”, dice el refrán, y cobra una relevancia especial al intentar explicar ciertos hábitos.

Uno de los factores más determinantes, aunque pocas veces se reconoce, es la situación financiera en la infancia . Crecer en un hogar con recursos limitados deja marcas que no siempre son visibles, pero que dejan marca: aprender a ajustar la compra al mínimo indispensable, recibir regalos modestos en fechas especiales o ver cómo los padres renuncian a sus propios caprichos por priorizar la educación y la felicidad de sus hijos.

Ese escenario deja costumbres y f

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