Es agosto de 2020.

En marzo, el presidente Alberto Fernández había dispuesto el “aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) como principal medida sanitaria para enfrentar la pandemia de COVID-19.

El decreto 297/2020 dispone que los habitantes de todo el país “deberán abstenerse de concurrir a sus lugares de trabajo y no podrán desplazarse por rutas, vías y espacios públicos”.

Noventa días después, acompañado por el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, Fernández anunció que se endurecían las medidas preventivas, con más restricciones a la circulación .

La inexperiencia es absoluta; el desconocimiento, la angustia y las urgencias van ganando por goleada. Se suceden episodios en que las medidas adoptadas produc

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