La calle le jugó su mala pasada. Cuando menos lo pensaba, la patrulla lo puso contra la pared y le tumbó el camuflaje, en cuestión de minutos pasó de tomarse un tinto en el barrio a estar de frente con la justicia que lo venía buscando desde hace rato. ¿Qué pasó? Eran exactamente las 8:00...
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