“Quienes difundieron eso, le erraron. Hicieron una de más. Convirtieron todo el tema en una operación política ”, reflexionaba ayer un importantísimo estratega de la Casa Rosada sobre la revelación de los dos audios de Karina Milei hacia el fin de la semana pasada. En esas palabras se reflejaba la próxima jugada política que iba a ejecutar el Gobierno para comenzar a marcar la cancha, correr el eje de la discusión y comenzar a instalar -a través de una denuncia judicial - la narrativa de que el Ejecutivo está siendo víctima de una “operación de inteligencia no institucional” y una “maniobra golpista”.

Estos últimos dos conceptos fueron vertidos en la denuncia que esta tarde presentó el Ministerio de Seguridad Nacional de Patricia Bullrich , a través de su representante legal

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