Antonio Camborda | Desde Carolina del Norte, USA
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Hace tres semanas, el gobierno de Estados Unidos ordenó el despliegue de barcos de guerra y un submarino, supuestamente equipado con armamento nuclear, para “vigilar” las costas de El Caribe, especialmente el litoral de Venezuela. La intención, aunque en ningún momento declarada por el régimen de Trump, no tiene visos de ser amigable y menos pacífica.
Esto, porque mientras se conocía el despliegue de esas naves, se inició una campaña de desprestigio en contra de Nicolás Maduro, el actual mandatario de Venezuela, acusándolo de ser el líder del llamado “cartel del Sol”, una supuesta poderosa organización del narcotráfico que controla los carteles mexicanos y de otros países sudamericanos y que, según las denuncias,