La educación en plena era digital enfrenta un reto central: aprovechar la tecnología sin descuidar el bienestar socioemocional de los estudiantes. Diversas investigaciones internacionales advierten que el uso excesivo de dispositivos digitales puede generar impactos negativos en el rendimiento académico y en la salud mental de los escolares, lo que evidencia la necesidad de un equilibrio entre ambos aspectos.
Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el 11% de los adolescentes presenta un uso problemático de redes sociales, con síntomas similares a los de una adicción. Asimismo, una encuesta de Pew Research Center (2025) señala que el 48% de adolescentes percibe que las redes sociales tienen un impacto negativo en sus pares, y casi la mitad reconoce que afectan su