La okupación en España ha dejado de ser un problema asociado únicamente a pisos vacíos o chalets en desuso. En los últimos meses, la estrategia de quienes deciden instalarse en propiedades ajenas sin permiso ha dado un giro inesperado. Jardines, terrenos forestales, garajes, casetas agrícolas e incluso embarcaciones se han convertido en nuevos objetivos.

Una tendencia que alarma tanto a propietarios particulares como a ayuntamientos , que se ven obligados a afrontar un fenómeno cada vez más complejo y disperso.

De casas a jardines y terrenos aislados

En zonas urbanas, los okupas están fijándose en plazas de garaje privadas , lo que genera situaciones insólitas en comunidades de vecinos. Aunque el Código Penal contempla sanciones (multa de 3 a 6 meses) por la usurpación de estas

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