Las autoridades de Chicago se preparan para un operativo federal de control de inmigración que podría comenzar esta semana. El alcalde de la ciudad, Brandon Johnson, firmó un decreto el fin de semana para resistir la represión planeada por el Gobierno de Trump.

El gobernador de Illinois, JB Pritzker, calificó la medida como una "invasión" y afirmó que no ha tenido comunicación con el Gobierno federal sobre el envío de soldados de la Guardia Nacional a Chicago. "Nadie en el Gobierno, ni el presidente ni nadie bajo su mando, ha llamado a nadie de mi administración, ni a mí. Así que está claro que en secreto están planeando esto… bueno, es una invasión con soldados estadounidenses, si es que llegan a hacerlo", declaró Pritzker.

Se espera que la operación comience este viernes y podría involucrar a agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y Aduanas y Protección Fronteriza, con el respaldo de fuerzas de guardia en un papel de mantenimiento de la paz. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, mencionó que ya han tenido operaciones en curso con el ICE en Chicago y en otros estados, y que se agregarán más recursos a esas operaciones.

Esta operación intensificaría el enfrentamiento entre la Casa Blanca y las ciudades lideradas por demócratas. Trump y sus asesores han criticado a Chicago por sus políticas que limitan la cooperación con la ley federal de inmigración. Noem también sugirió que el Gobierno de Trump está evaluando otras ciudades como San Francisco y Boston para posibles operaciones.

El decreto del alcalde Johnson establece que la policía de Chicago no colaborará con agentes federales en patrullajes conjuntos ni en operativos de arresto. Además, se insta a los agentes federales a usar cámaras corporales y a no usar mascarillas. Johnson advirtió sobre una posible "aplicación militarizada de la ley migratoria" y expresó que la ciudad no ha solicitado esta intervención.

Trump, por su parte, utilizó las redes sociales para criticar a los líderes demócratas, incluyendo a Pritzker, por su manejo de la delincuencia en Chicago. En su publicación, Trump afirmó que el gobernador "debe arreglar el crimen en Chicago o el gobierno federal intervendrá".

Durante el fin de semana, al menos 52 personas fueron baleadas en Chicago, con siete muertes reportadas. A pesar de esto, la oficina del alcalde destacó una disminución del 21,6 % en los delitos violentos y una reducción del 32,3 % en los homicidios en lo que va del año.